¿Qué pasó?
Me encuentro en esta ciudad bulliciosa,
un océano de luces titilantes,
donde la vida danza en los ojos de extraños,
donde la pasión arde en el paso apresurado de la multitud.
Veo ansias de futuro,
emociones que vibran en el presente,
melancolía que se aferra al ayer...
Y me pregunto,
¿Qué fue de nosotros?
¿Por qué nos duele tanto recordarnos?
¿Cuándo aprendimos a odiar el amarnos?
¿Qué pasó? ¿Qué pasó? ¿Qué pasó?
La pregunta retumba en mis oídos frágiles,
como un eco que se niega a desvanecerse.
Intento hallar la respuesta, la persigo,
pero tropiezo, me quiebro...
Y como en todo, fracaso.
No creo que pueda vencer mi sombra;
los años han pasado,
y en lugar de huir, la he abrazado.
Es mi única certeza,
la única forma en que aún me reconozco.
Sin ella, no soy nada,
apenas carne y hueso errante,
perdido en esta noche interminable,
miserable y vacía.