Día de lavandería, me toca bajar catorce pisos para llegar allá. Son las seis de la tarde, y apenas acabo de llegar del trabajo, mi pereza y cansancio quieren ganarle a mi cuerpo, pero si no lavo hoy; no lo haré en un buen tiempo y me quedaré sin ropa limpia. Como el elevador está dañado, toca bajar catorce pisos, más uno para llegar al sótano, donde residen las lavadoras y secadoras. Tengo cinco fundas de ropa sucia y porque me creo muy macho, trato de bajar con las cinco de una sola; no hay manera que vaya a subir,
Leer másTe escribo, no para recibir una respuesta tuya; te lo pido de favor, NO respondas a esta carta.
Leer más¿Qué pasó contigo y conmigo,
Que sentimos tanto dolor?
¿Qué pasó cuando crecimos,
Y comenzamos a odiar amarnos?