Día de lavandería, me toca bajar catorce pisos para llegar allá. Son las seis de la tarde, y apenas acabo de llegar del trabajo, mi pereza y cansancio quieren ganarle a mi cuerpo, pero si no lavo hoy; no lo haré en un buen tiempo y me quedaré sin ropa limpia. Como el elevador está dañado, toca bajar catorce pisos, más uno para llegar al sótano, donde residen las lavadoras y secadoras. Tengo cinco fundas de ropa sucia y porque me creo muy macho, trato de bajar con las cinco de una sola; no hay manera que vaya a subir,
Leer másNuestros caminos se cruzaron de una manera tan esporádica. Puede ser culpa de la ciudad tan pequeña en la que vivimos, pero en algunas ocasiones dudo que haya sido así. Hay tantas simultaneidades en nuestras vidas, variedad de amistades y familiares políticos en común, que hay veces que imagino que mi destino eres tú.
Leer másLo tenía todo calculado. Sabía su horario de trabajo, conocía sus costumbres. Sabía que salía muy tarde por la noche, cuando las calles se sumían en un silencio espectral. Aquella noche, a las once y treinta y tres, el mundo parecía haberse detenido. No había testigos, ni luces encendidas, ni pasos en la distancia. Era la noche perfecta.
Leer másY me di cuenta de que mi amor por ti es real,
porque tú eres real.
Las lágrimas resbalan por mi rostro.
empapan mi piel.
Se hunden en mi carne.
como aguijones invisibles.