Día Uno.
Cincuenta pequeñas pastillas verdes.
El último suspiro en un murmullo de despedida.
Y me di cuenta de que mi amor por ti es real,
porque tú eres real.
No te escribo para obtener una respuesta; al contrario, te lo ruego, no me respondas. Solo necesito dejar esto en el viento, como un último susurro antes del olvido. Te extraño con una ferocidad que me desgarra.
Leer másLas lágrimas resbalan por mi rostro.
empapan mi piel.
Se hunden en mi carne.
como aguijones invisibles.