La rutina de Alexandra, a simple vista inmutable, hoy se viste de una tragedia silenciosa. Cada mañana, frente al espejo adornado de recuerdos y espejismos, ella realiza un ritual casi mecánico: aplicar meticulosamente cada capa de maquillaje. Sin embargo, en lugar de posarse sobre una piel inmaculada, el pincel recorre ahora cicatrices y moretones, vestigios de una batalla interna que se niega a ser olvidada.
Leer másNo te escribo para obtener una respuesta; al contrario, te lo ruego, no me respondas. Solo necesito dejar esto en el viento, como un último susurro antes del olvido. Te extraño con una ferocidad que me desgarra.
Leer másLas lágrimas resbalan por mi rostro.
empapan mi piel.
Se hunden en mi carne.
como aguijones invisibles.