Día Uno.
Cincuenta pequeñas pastillas verdes.
El último suspiro en un murmullo de despedida.
No te escribo para obtener una respuesta; al contrario, te lo ruego, no me respondas. Solo necesito dejar esto en el viento, como un último susurro antes del olvido. Te extraño con una ferocidad que me desgarra.
Leer másLa felicidad danzaba radiante cuando te tenía a mi lado;
el mundo se volvía un edén solo con tu presencia.
El aire era tibio y envolvente,
el cielo destilaba matices de ensueño,
la vida poseía un fulgor que ahora se ha extinguido.
Te encontré en mi juventud impetuosa,
bajo la luna cómplice de un delirio fugaz.
Te encontré… y desde aquella noche,
nunca más supe ser sin ti.